jueves, 28 de julio de 2011

SÉ LA LLUVIA



Coleccionista de sombras

Los coleccionistas andan por la vida
en su intento constante de ordenar el mundo.
Los hay que gustan de hojas de árboles,
estampillas postales, llaveros, monedas,
jarrones antiguos, pelos de gato, miniaturas,
cartas nunca enviadas, corcholatas con futbolistas,
rosarios, piedras de río, alas de mosca.

Ellos andan por todos los rincones de la ciudad.
Se les mira conversar con extraños,
forman asociaciones para discutir, mostrar,
intercambiar y presumirse sus cosas, entendibles
sólo para el mundo que han construido.

El coleccionista es un desesperado
en busca de algo que siempre le falta;
siente que si no lo encuentra
el mundo se dispersará
y todo volverá al principio.


Todos deberíamos ser coleccionistas.
No importa el objeto, si es de este mundo
o del otro.
Yo elijo desde este momento
coleccionar sombras de árboles.
Las guardaré en la memoria todos los días.

Si alguien piensa derribar uno
hábleme con urgencia. Estaré puntual
para recoger su sombra.
Prometo sembrarla en otro árbol,
darle un pájaro, una raíz
y agua de lluvia que algún poeta me regale.

Jorge Orendáin


De los rincones de la ciudad,  coleccionamos plásticos, de esos  que caen en banquetas, jardines, océanos como lluvia de quebranto, como canción de desamor.  Los desvanecemos en suave niebla para que puedan ver la luz ahora convertidos en pájaros surrealistas,  penachos multicolores, dulces instrumentos que tocan con la punta del dedo, la noche. Iliana